sábado, 19 de agosto de 2017

Cannabis sativa L., una medicina prometedora

Gráfica de la sinapsis neuronal

No es un secreto, el cannabis posee principios activos capaces de regular procesos claves a nivel neuronal e inmunológico, estos principios activos son los fitocannabinoides. El cuerpo humano, y de otras especies animales (peces, pájaros, anfibios, moluscos y mamíferos), posee receptores cannabinoides, y de forma natural nuestro cuerpo posee cannabinoides, llamados endocannabinoides, uno de ellos extensamente estudiado es la anandamida. El sistema endocannabinoide regula procesos tales como la entrada de iones a las neuronas, específicamente corrientes de calcio y potasio, además regula la producción de AMP cíclico (AMPc) por inhibición de la Adenilciclasa, que es una enzima. Tanto el calcio como el AMPc regulan la secreción de neurotransmisores, y se ha asociado el receptor cannabinoide en la regulación de procesos que generan la depresión como patología. Para ser más exactos, un antagonista del receptor cannabinoide, el Rimonabant, fue objeto de una Alerta Sanitaria, producto de los suicidos e intentos de suicidio que provocó la administración del medicamento. Cabe mencionar que Rimonabant fue registrado como un medicamento anorexígeno, para el tratamiento de la obesidad. Por esto es que las investigaciones sobre el sistema endocannabinoide apuntan a la depresión, como un posible target a tratar con cannabis. Si bien los endocannabinoides y los fitocannabinoides no poseen homología estructural, se unen a los mismos receptores, llamados Receptor Cannabinoide tipo 1 (CB1), y Receptor Cannabinoide tipo 2 (CB2). Son receptores del tipo aocplado a proteína G. La distribución de estos receptores es más o menos así: los CB1 se encuentran en mayor cantidad en el sistema nervioso central, pero no en el tallo cerebral, los CB2 se concentran en el bazo y en células del sistema inmunológico. De los fitocannabinoides, el Tetrahidrocannabidol (THC) es el que se une con mayor especificidad al receptor CB1, de ahí sus efectos psicotrópicos, y el Cannabidiol (CBD) se une mayoritariamente a los receptores CB2, teniendo un rol fundamental en los procesos inmunológicos.

Sumidad floral de cannabis femenina

El cannabis se ha transformado en una alternativa prometedora para los pacientes con epilepsia refractaria, fibromialgia, dolor neuropático, dolor de tipo inflamatorio, enfermedades inflamatorias, anorexia, náuseas post quimioterapia, dismenorrea, dolor articular y muscular, psoriasis. Y no olvidemos que muchas personas hoy lo usan con fines psicotrópicos, para inducir la relajación, aliviar el estrés, inducir el sueño, tratar cólicos producto del estrés, para tratar la depresión y la crisis de pánico. 

Muy pronto se darán a conocer los estudios del cannabis como un potenciador antibiótico, alternativa prometedora para tratar enfermedades infecciosas bacterianas que se caracterizan por exhibir resistencia a los antibióticos tradicionales.

Producto artesanal derivado del cannabis

Sin duda el cannabis es una especie vegetal llena de bondades, pero no está exenta de efectos laterales. Por esto, a todas las personas que leen este artículo los insto a informarse bien antes de consumir productos elaborados en base a cannabis. Todo tratamiento debe ser controlado por un médico y su seguimiento debe llevarse a cabo por profesionales del área de la salud idóneos para ello. En países como Chile, donde los derivados del cannabis disponibles como medicamento se encuentran restringidos, son Controlados, se dispensan bajo receta médica, ya que se encuentra en el grupo de fármacos de Lista II, junto a la codeína. Cabe mencionar que son productos onerosos, y no toda la población tiene un buen acceso a ellos. Algunas organizaciones pro-cultivo instan a los pacientes a cultivar en su hogar y producir su propia medicina, pero esto no es fácil, no todos los pacientes tienen los medios económicos para invertir en un cultivo indoor, o no tienen las facultades físicas para cuidar de la planta. Para qué decir lo difícil que les puede resultar preparar su propia medicina con la materia prima producida y cosechada en su hogar. Es necesario generar más competencia al respecto e impulsar los proyectos de investigación y producción de cannabis con fines medicinales.

Hoy existen alternativas de productos artesanales, pero estos productos de ninguna manera proveen seguridad y eficacia como si lo garantizan los medicamentos. Si usted va a usar productos artesanales como alternativa a su medicina, hágalo bajo supervisión médica, no se automedique, las consecuencias de la automedicación se pagan caro en el Sistema de Salud Pública.

No hay comentarios.: