jueves, 24 de agosto de 2017

Sumergiéndonos en el Cannabis sativa L. Capítulo 1 Cannabinoides

CAPÍTULO 1
CANNABINOIDES


Para comprender mejor cómo funciona el Cannabis sativa L. en nuestro cuerpo he decidido escribir por capítulo las partes que componen este enigmático sistema de regulación y homeostasis. 

En primer lugar es básico comprender que el sistema cannabinoide, que regula la homeostasis de nuestro cuerpo, funciona a través de la interacción de moléculas, llamadas cannabinoides, que se unen a un receptor, llamados receptores cannabinoides (CB), y este receptor a su vez efectúa algún cambio en otras moléculas y así sucesivamente hasta manifestarse algún efecto fisiológico.


Endocannabinoides

Son las moléculas cannabinoides que interactúan con los receptores CB. Estas se encuentran en el cuerpo humano, pues poseemos los sustratos y enzimas para sintetizarlas. Son sustancias naturales, cuya estructura química se puede apreciar en la Tabla 1. Anandaminda y 2-AG son los endocannabinoides más estudiados, y se ha descubierto que regulan procesos clave en las neuronas y sistema inmunológico.

A simple vista no poseen estructura análoga con los fitocannabinoides que describiré a continuación.

Fitocannabinoides

Se han descrito al menos 66 moléculas de este tipo en la especie botánica Cannabis sativa L., las más estudiadas por su potencial terapéutico son Tetrahidrocannabinol (THC) y Cannabidiol (CBD). Pueden unirse a los receptores CB de nuestro organismo, y provocar un efecto agonista o antagonista en CB. Se cree que CBD antagoniza el efecto psicotrópico de THC, ya que ambos fitocannabinoides pueden unirse a los 2 tipos de receptores CB más estudiados, aunque cada molécula posee una afinidad diferente hacia cada receptor.

Receptores Cannabinoides (CB)

Son proteínas de 7 dominios de transmembrana, esto quiere decir que cuentan con 7 subunidades que atraviesan completamente la membrana plasmática de las células que los contienen. Se han descrito más de 2, pero los más estudiados son el Receptor Cannabinoide Tipo 1 (CB1), y el Receptor Cannabinoide Tipo 2 (CB2).

El THC presenta una afinidad mayor por el CB1, mientras que el CBD es más afín por CB2.

El CB1 se encuentra en mayor cantidad en el sistema nervioso central, en cerebro y en neuronas presinápticas, regulando la secreción de neurotransmisores, y otros procesos de corrientes iónicas. Así el THC, que posee más afinidad por este receptor, es el responsable de las propiedades psicotrópicas de la planta Cannabis sativa L., alterando la percepción de la realidad en los pacientes que consumen esta especie. Si bien la dosis determina cuan pronunciados pueden ser estos efectos, los fitocannabinoides son moléculas altamente lipofílicas, se almacenan en los adipocitos, así que su efecto puede ser prolongado en el tiempo aunque la dosis administrada sea única, representando esto una ventaja para dichos pacientes, pues el tratamiento resultaría menos oneroso.

CB2, en cambio, se concentra en el Bazo, órgano clave en la respuesta inmune, y también en las mismas células que conforman el Sistema Inmune, las células B, células T, monocitos, entre otras. El CBD podría modular la respuesta inmune, siendo una gran ventaja en aquellos pacientes que padecen patologías de tipo inflamatorias, exacerbación inmunológica, etc.

Propiedades Farmacológicas de los cannabinoides

Estas dependen únicamente del receptor al que se unen y si son agonistas o antagonistas de él. Mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces y microorganismos como las bacterias también poseen receptores capaces de interactuar con los fitocannabinoides, y en ellos se ha estudiado efectos como el antibiótico, inhibición del quorum sensing, entre otros.



En los seres humanos se destaca el alivio de dolor neuropático, alivio del dolor muscular, alivio del dolor articular, anti-inflamatorio, tratamiento del glaucoma, orexígeno, anti-emético, mejora los síntomas de la depresión, tratamiento de colitis inespecífica, relajación, inducción del sueño, alivio de los síntomas postquimioterapia. Históricamente se ha usado como antibiótico y/o potenciador de antibióticos clásicos, como potenciador sexual, facilitador de la meditación, facilitador de la conexión espiritual con los principados celestiales, medicina espiritual, alimento, materia prima textil, etc.

Los usos del Cannabis sativa L. a lo largo de la historia son múltiples, ya he descrito variados usos en "Historia del uso del Cannabis sativa L." en cortos capítulos. Para agrupar los usos diremos que se utiliza con fines de investigación, fines medicinales, espirituales y recreativos.

En algunos países se han registrado medicamentos en base a cannabinoides. En Chile, los profesionales médicos pueden recetar productos farmacéuticos formulados en base a cannabis, pues se encuentra en la Lista II del Título V del reglamento de Psicotrópicos y Estupefacientes. Y los productos que actualmente cuentan con Registro Sanitario son onerosos, muy caros para los pacientes. De ahí que diversas organizaciones pro-cannabis promuevan el cultivo de la planta para uso personal-medicinal. En Chile, la Fundación Daya, está marcando la pauta en el uso con fines de investigación y fines medicinales, contando con los permisos del Servicio Agrícola y Ganadero para el cultivo de esta especie botánica.


En el próximo capítulo nos adentraremos en el THC, análisis de su estructura química, metabolismo, concentración en distintos cultivares y partes de la planta Cannabis sativa L., potencial efecto terapéutico, receptor CB1 y algo más.

Un cálido abrazo...

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