martes, 24 de octubre de 2017

Continuidad de los parques


CONTINUIDAD DE LOS PARQUES


Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi enseguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuído. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo a la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Julio Cortázar | Final del juego

jueves, 31 de agosto de 2017

Soñado el 29 de Agosto 2017

Nos preparamos para lo peor, las profecías se cumplen. Se siente un ambiente de tensión, todos esperamos una tragedia. Nuestras ropas están hechas de telas blancas, y usamos bolsos de cuero. Las casas son de piedra blanca, construcciones hermosas. Somos una civilización antigua.



Comienza el cataclismo, todos corren en dirección al valle. Terremoto y tsunami. Mi grupo encuentra una salida viable. Está lleno de agua, se forman estanques en la ciudad, es agua cristalina. Nos lanzamos desde gran altura hacia el agua. Nadamos rápidamente hacia la salida principal de la ciudad. Las puertas están abiertas, se ve como la gente corre desesperada hacia los bosques.

Me despido de mi familia, y una mujer me dice, ¿recuerdas el legado?, yo le respondo que sí, es el cristal heterogéneo, las virtudes.

Despierto...


miércoles, 30 de agosto de 2017

Sumergiéndonos en el Cannabis sativa L. Capítulo 2 Tetrahidrocannabinol (THC)

Capítulo 2
Tetrahidrocannabinol (THC)



Está ampliamente aceptado que el THC es el fitocannabinoide más importante, tanto por su alta abundancia en la especie botánica Cannabis sativa L. como por su elevada potencia de acción.

El THC fue identificado hace cinco décadas por Gaoni y Mechoulam como principal componente psicoactivo del Cannabis sativa L., utilizado en preparados empleado en rituales, con fines terapéuticos y lúdicos, durante miles de años. 

Es altamente insoluble en agua, su metabolismo es extremadamente rápido aunque persiste en el plasma por 72 horas luego de una dosis intravenosa y puede acumularse en ciertos órganos.

Ya están disponibles como medicamentos, registrados en varios países, tanto el THC sintético como el cannabis herbal con calidad farmacéutica y formulaciones de extractos de cannabis bien definidos.

Amplios estudios sobre la farmacodinamia y la farmacocinética del THC han establecido que los efectos centrales y periféricos del THC están mediados principalmente por los receptores CB1 y CB2, pero la evidencia cada vez mayor indica que otras dianas también están involucradas en la farmacología multifacética del THC y otros cannabinoides.

Metabolismo del THC

El THC puede sufrir oxidaciones en sus carbonos 8, y 11, además de oxidaciones en la cadena lateral de 5 carbonos, y en C1-OH se une el ácido glucurónico.



El THC sufre oxidaciones mediadas por el citocromo P450, dando lugar al 11-nor-9-carboxi-THC (THC-COOH), metabolito no psicoactivo. Este abundante metabolito se ha convertido en marcador urinario establecido del consumo de cannabis en análisis forenses, clínicos y ambientales. Algunos estudios han probado el efecto del THC-COOH en la biosíntesis de las prostaglandinas y otros eicosanoides, en los nervios sensoriales sensibles a la capsaicina, en la P-glicoproteína transportadora de múltiples fármacos, en los receptores cannabinoides y estrógenos in vitro, así como por sus efectos anti-cataléptico, analgésico, inhibidor del factor activador de las plaquetas y antiinflamatorios in vivo; el THC-COOH también ha sido descrito como bloqueante de ciertos efectos del THC en el comportamiento de roedores.


Receptor cannabinoide tipo 1 (CB1)

El receptor cannabinoide tipo 1, CB1, es especialmente abundante en áreas del sistema nervioso central implicadas en el control de la actividad motora (ganglios basales, cerebelo), memoria y aprendizaje (corteza, hipocampo), emociones (amígdala), percepción sensorial (tálamo) y diversas funciones autónomas y endocrinas (hipotálamo, médula), lo que lógicamente explica que los endocannabinoides modulen estos procesos y que el consumo de marihuana interfiera con ellos. El receptor CB1 está presente también en las terminales nerviosas periféricas que inervan tanto la piel como los tractos digestivo, circulatorio y respiratorio, así como en numerosas tejidos y órganos como endotelio vascular, hueso, testículo, útero, ojo, hígado y tejido adiposo.


Los endocannabinoides actúan entonces como mensajeros químicos retrógrados, uniéndose a receptores CB1 de la neurona presináptica, lo que conlleva por ejemplo que se dificulte la entrada de iones calcio (por cierre de canales de calcio sensibles a potencial) y se facilite la salida de iones potasio (por la apertura de canales rectificadores de potasio sensibles a proteínas G). Ello impide la despolarización de la membrana y los procesos de exocitosis, y así se bloquea la liberación de neurotransmisores como el glutamato o el GABA (ácido gamma aminobutírico). La acción neuromoduladora de los endocannabinoides finaliza mediante su recaptura celular a través de sistemas de transporte de membrana plasmática y su posterior degradación intracelular, que corre a cargo de una variada familia de lipasas entre las cuales la amidohidrolasa de ácidos grasos (FAAH) y la monoacilglicerol lipasa (MAGL) son las mejor caracterizadas para la anadaminda y el 2-AG, respectivamente.

En el cerebro, los receptores CB1 se expresan también en astrocitos, donde podrían controlar el aporte de nutrientes a las neuronas y mediar procesos de intercomunicación sináptica entre ambos tipos de células, así como en células del endotelio vascular, donde su activación induce vasodilatación.

Cannabinoides sintéticos

Se han obtenido en el laboratorio diversos análogos sintéticos de los cannabinoides naturales, tanto de la planta como de los endocannabinoides, que muestran una especificidad y potencia de acción mucho más elevadas, y entre cuyos representantes el WIN-55,212-2 y el HU-210 son los más empleados como herramientas farmacológicas en la investigación sobre cannabinoides.

Aplicaciones

La marihuana y sus preparados se han empleado en medicina desde milenios, y los descubrimientos recientes han contribuido al renacimiento de su estudio, de sus posibles propiedades terapéuticas, lo que constituye hoy en día un amplio campo de debate científico y clínico.

En algunas patologías se ha puesto de manifiesto que existen cambios en la expresión de receptores cannabinoides y/o en los niveles de endocannabinoides en ciertas zonas del cerebro, lo que justificaría el estudio farmacológico de este sistema.

Patologías tratables con Cannabis:
  • Esclerosis múltiple. Se encuentra registrado el medicamento Sativex como útil en el tratamiento de esta enfermedad. Mejora los síntomas de espasticidad, dolor, uso de extremidades, destreza, capacidad funcional, calidad de vida y carga sobre los cuidadores.
  • Dolor crónico.
  • Neuroinflamación.
  • Protección neuronal en daño cerebral y enfermedades neurodegenerativas.
  • Extinción de memorias aversivas, en estrés post-traumático.
  • Trastornos alimentarios y metabólicos.
  • Trastornos compulsivos.
  • Adicción a drogas.
  • Náuseas y vómitos asociadas a quimioterapia en pacientes con cáncer o SIDA.
  • Dolor neuropático.
  • Espasmos y temblores.
  • Traumatismo craneal.
  • Enfermedad Inflamatoria Intestinal.

Referencias:

"Endocannabinoides: un nuevo sistema de comunicación en el cerebro". Manuel Guzmán e Ismael Galve-Roperh.

"Tetrahidrocannabinol-Cannabidiol En el tratamiento de la espasticidad de la EM" Informe de la Comisión de Farmacia. Hospital Reina Sofía Córdoba.

"11-Nor-9-carboxi-delta9-tetrahidrocannabinol, un ubicuo cannabinoide aún bajo investigación. Una revisión de la literatura". 2014. Mini-revisión. Asociación Internacional por los Medicamentos Cannabinoides.

"Physicochemical Properties, Solubility, and Protein Binding of delta9-Tetrahydrocannabinol". Edward R. Garret and Anthony Hunt. Journal of Pharmaceutical Sciences. 1974.